Hortalizas de raíz y tubérculos
Las hortalizas de raíz y tubérculos son plantas cultivadas por sus órganos subterráneos engrosados que almacenan nutrientes, como raíces principales (zanahoria, rábano), tallos modificados (papa) o bulbos (cebolla). Este grupo incluye especies como zanahorias, betabeles, nabos, rábanos, papas, camotes y jengibre, reconocidas por su alto contenido en carbohidratos complejos, fibra y micronutrientes (vitamina A en zanahorias, hierro en betabeles). Requieren suelos sueltos, profundos y bien drenados para evitar deformaciones, y su ciclo de crecimiento varía desde 30 días (rábanos) hasta 4 meses (camotes). A diferencia de otras hortalizas, su parte comestible se desarrolla bajo tierra, lo que las hace sensibles al exceso de humedad y compactación del suelo. Muchas son resistentes al frío (nabo, zanahoria) y permiten almacenamiento prolongado postcosecha. Su cultivo mejora la estructura del suelo al romper capas compactadas, y algunas como el rábano actúan como “trampas” para plagas subterráneas.
Ejemplos destacados: zanahoria morada (antioxidantes), papa criolla (ciclo corto), rábano daikon (para suelos pesados). 🥕🥔
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